En estos momentos de extrema incertidumbre, una de los puntales para mantener nuestro bienestar es conseguir un cierto equilibrio emocional y mental.
Partiendo de que no es fácil, entre tanta restricción de la libertad, ambiente social enrarecido, miedo hacia lo que ocurrirá con la economía…la digestión de toda la avalancha de información que nos llega es una de las claves para ese importante equilibro mental y emocional.
Un discurso que dio el portavoz de Bomberos por la Verdad, me parece que resume muy bien las diversas fases en las que más o menos la mayoría nos hemos podido ir encontrando:
- Primero, miedo y perplejidad frente a una situación inesperada y aparentemente muy grave;
- después dudas por las lagunas en la información y en los datos;
- posteriormente, tal vez negación porque la verdad resultaba muy dura, ya que eran aquellos que supuestamente nos tenían que proteger los que estaban enfermándonos;
- más tarde, la búsqueda de una compresión en medio del mar de diferentes informaciones para cada vez ir generando mayor compresión. Esta fase de compresión en la que todavía muchos estamos, coexiste con la firme convicción de defender la verdad frente al miedo y la libertad como seres humanos frente a la esclavitud de la comodidad.
Esa fase de búsqueda de la verdad frente al miedo supone como decíamos arriba, enfrentarnos a un mar constante de informaciones, decidiendo en cada momento con que nos quedamos, que descartamos, pero sobre todo, cuanto tiempo le dedicamos a la búsqueda, si es el momento de leer o no esa información….
Esta breve reflexión, se titula digiriendo la información porque al igual que la comida la información exige energía para introducirla en nuestro sistema, en este caso nuestro aparato psíquico. Y si tú no te comerías una fabada antes de meterte a la cama, tal vez leer una noticia que te asusta o que te enfada, aunque sea importante y sea verdad, hacerlo antes de dormir, puede no ser lo más adecuado porque tu sueño podría verse comprometido. En este caso, la necesidad de entender choca con la necesidad de cuidarse, ya que en este momento necesitamos estar los más descansados y sanos posibles para hacer frente a un medio que nos exige adaptarnos constantemente.
Y ¿cuál es la cantidad adecuada de información?
No hay una repuesta que valga para todos y para todos los momentos. Pero si de lo que estás viendo o leyendo o escuchando, te está angustiado, tu cuerpo se está tensando demasiado, tal vez ese no es el mejor momento y lo tienes que dejar para más adelante.
También si estás a punto de irte a dormir o estás estresado por otras razones, no son las circunstancias idóneas para meter más información que nos exigirá esfuerzo emocional y mental para procesarla
Ya sé que cuando leáis esto algunos pensaréis que estoy proponiendo mirar hacia otro lado, ni mucho menos, creo que comprender a qué nos enfrentamos por duro que sea, es parte de la curación, pero el ritmo en el abordaje de esa compresión y en consecuencia el ritmo para absorber información debe ser adecuado a nuestra personalidad y nuestra circunstancias porque si no podría enfermarnos, tal y como lo haría una comida excesivamente copiosa, a una hora inadecuada.
Así aquello que buscamos para entender y en consecuencia para a través de la compresión y la verdad encontrarnos mejor, tomar determinaciones, nos puede enfermar si no regulamos la cantidad de información que vamos a digerir de una vez.
Sylvia del Caso
Psicóloga. Psicoterapeuta integrativa